viernes, 25 de septiembre de 2009

¡Mano, referí!




Salvo que seas Diego Armando Maradona en su apogeo...








es MUUUY probable que te cobren falta por todo intento de llevártela con la mano. Aún así, Danielito Uzcátegui Specht se esforzó (a diferencia de El Diego, con su mano derecha), aquella noche de tanto cariño en el restaurante Rosa Negra, post-Casa Rosada y pre-Gran Bar Danzón.




Sentado a la derecha de ambos, sonreía para las fotos el padre de Daniel, Diego Uzcátegui Matheus, verdadero motor en las sombras de la petrolera venezolana PDVSA, donde ocupaba cuatro gerencias simultáneas.





Alrededor de la misma mesa, también se acomodaron Alejandro Antonini (quien sacó estas fotos y pagó la cena, algo más de $ 1700), otra protagonista relevante de esta historia (Maryory Gutiérrez, también de PDVSA) y otro de los pasajeros de aquel fatídico vuelo, Wilfredo Ávila Driet, obvio, también de PDVSA.

pd: a Daniel no le cobraron mano, es cierto, pero no pudo festejar el gol: cuando estaban en el bar les avisaron que la prensa se había enterado del decomiso de los US$ 790.550 y comenzaba el escándalo... al menos, puede compararse con El Diego en un aspecto: a él también le cortaron las piernas.

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