miércoles, 28 de octubre de 2009

Hola, ¿De Vido? Tenemos un asuntillo...

Hasta ahora, uno de los ejes centrales de la defensa de Claudio Uberti era que se fue a su casa a dormir tras retirarse del Aeroparque. HASTA AHORA. Esto es lo que publicamos ayer en LA NACION (en http://www.lanacion.com.ar/1191153).


Aclaración: en cuanto a Julio de Vido, se mantuvo en SILENCIO absoluto. Antes y DESPUES de que publicamos la nota junto a mi colega Gabriel Sued:

MAS LLAMADAS COMPLICAN A UBERTI

Utilizó otro teléfono para hablar con su chofer en Aeroparque; hubo 18 contactos con De Vido, que se ignoraban

Durante la larga madrugada en que la Aduana contó los 800.000 dólares que acababa de decomisarle al empresario venezolano Guido Alejandro Antonini Wilson, el funcionario kirchnerista Claudio Uberti no pudo dormir, según surge de nuevos registros telefónicos obrantes en el expediente judicial. Minuto tras minuto, quien era conocido como el "embajador virtual" de la Argentina en Venezuela monitoreó lo que ocurrió en Aeroparque.

Los nuevos registros de llamadas a las que accedió La Nacion ofrecen una historia distinta de la hasta ahora conocida o de la que relató Uberti al declarar en Tribunales. Una historia que se complica más aún a partir de un informe reservado del Ministerio de Planificación Federal, que detalla un teléfono que hasta ahora se ignoraba, que pertenecía al jefe máximo de esa cartera, Julio De Vido, lo que también verificó La Nacion.

Desde su piso en Avenida del Libertador al 3500 y con el teléfono de su esposa, Patricia Mónica Palacios, Uberti se comunicó más de diez veces con Walter Celi, su chofer de mayor confianza en el Organo de Control de Concesiones Viales (Occovi) y que, por orden de su jefe, esa madrugada se quedó a esperar a Antonini.

Las llamadas con el celular de su mujer, desconocidas hasta ahora, se sucedieron entre las 3.30 y las 8.30 del sábado 4 de agosto de 2007 según detallaron a La Nacion fuentes de la causa. Es decir, las cinco horas que insumió el decomiso y recuento del dinero, la firma del acta y el traslado de Antonini y su joven acompañante, Daniel Uzcátegui, hasta el hotel Sofitel de la calle Arroyo.

Las revelaciones no concluyen allí. Porque un breve "memo" del Ministerio de Planificación Federal (clave S01:0121836/2008) deja constancia de que un teléfono que figura a nombre de un desconocido "Luis Tobaré Artigas", con un documento de identidad falso, en realidad fue utilizado por De Vido.

Entre ambos funcionarios se registraron 18 llamadas ese día, y otras 32 llamadas a lo largo de los que siguieron, tal como verificó La Nacion. Pero según declaró Uberti ante la Justicia, él sólo le informó el lunes a De Vido sobre el incidente del Aeroparque. Y calló sobre "Tobaré Artigas": no dijo que, en realidad, ese teléfono era utilizado por el ministro.

También ante el juez en lo penal económico Daniel Petrone, su chofer Celi testificó que debió quedarse en el Aeroparque a la espera de Antonini por orden de su jefe. Uberti, según declaró el chofer, le explicó que uno de los pasajeros había tenido problemas con el equipaje, según detallaron fuentes con acceso al expediente.

Las lagunas del acusado

Esa declaración de Celi permitió verificar dos incongruencias. La primera, que Uberti mintió ?o al menos se equivocó? cuando declaró que esa noche del 4 de agosto lo había llevado a su casa su chofer de siempre.

Esa contradicción ya había quedado en evidencia con el testimonio de Eduardo Ricci, otro de los choferes, que dijo que él había dejado a Uberti y a su secretaria, Victoria Bereziuk, en sus respectivos domicilios.

La segunda contradicción que salió a la luz con la declaración de Celi es que Uberti decidió poner un auto oficial a disposición de Antonini incluso después de que se descubriera que había intentado ingresar en el país una valija con 800.000 dólares sin declarar. Y de ese modo, según la versión del funcionario, que lo sorprendió en su buena fe. Aun así, le dejó un auto con su chofer.

Ahora se sabe, además, que, lejos de dormir despreocupado por lo ocurrido en la Terminal Sur, se mantuvo despierto e informado sobre lo que ocurría con Antonini y Uzcátegui por aquellas horas.

Hasta ahora, los registros del teléfono celular de Uberti mostraban una laguna de entre 4 y 5 horas en las que no hubo llamadas entrantes y salientes. Eso reforzó su defensa: tan ajeno a la valija estaba el funcionario que se marchó a su casa, descansó hasta una hora prudencial y sólo a las 7.57 llamó al secretario privado del entonces presidente Néstor Kirchner. Y como dio apagado, llamó al conmutador de la quinta de Olivos. Con cada llamada, además, Uberti se encontraba más cerca de la residencia, según corroboró La Nacion, al cotejar las antenas de telefonía celular que las posibilitaron.

Sin embargo, los registros telefónicos del celular de su mujer dan cuenta de otra historia, distinta de la oficial. Lejos de dormir, Uberti se mantuvo informado de lo que ocurría en el Aeroparque, mientras que se sucedían las llamadas con "Tobaré", es decir, De Vido.

Lo que acrecienta el misterio, sin embargo, es para qué llamó Uberti a De Vido durante las primeras horas de aquella madrugada. ¿Sólo para informarlo sobre los avances que había logrado en las negociaciones comerciales con Venezuela durante su viaje relámpago a Caracas, como también explicó su irrupción en la quinta de Olivos aquella mañana?

Uberti también llamó al teléfono "oficial" de De Vido ese sábado, pero a una hora más normal: a las 9.39. Y, según declaró, sólo el lunes lo informó al ministro sobre el incidente: "En su momento, lo tomé como un problema que tuvo un pasajero con su equipaje, que luego tomó otras decisiones que terminaron con mi renuncia".

Antes y después de eso, los teléfonos de Uberti registraron otros contactos singulares. Entre otros, con el director general de Operaciones de la SIDE, Antonio Stiuso; con el entonces director de Aduanas ?hoy al frente de la AFIP?, Ricardo Echegaray, y también con el propio Antonini.

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