jueves, 8 de julio de 2010

Tweety se enojó

Llegué a la redacción hace un rato. Laaaaargo día de reuniones, fuentes, topos y demás.

Entro y un jefazo me dice que el Excelentísimo Señor Canciller, Don Héctor Timerman, se dedicó a defenestrar mi trabajo por... twitter.

Síp. Parece que el Excelentísimo Señor Canciller, al que dentro del propio Gobierno algunos apodan "Tweety", da clases especiales de periodismo, fuentes en off the record y demás linduras.


Entre otras cosillas, critica el periodismo con fuentes off the record (a la basura, pues, con el Watergate de Woodward y Bernstein), critica mi nota por contar sólo con fuentes off the record (con lo que, al parecer, no leyó mi artículo o lo leyó mal, porque tiene en ON THE RECORD al presidente de una de las firmas perjudicadas por las "gestiones paralelas").

También, deja flotando que inventé fuentes y, peor aún, que el diario LA NACION, con mis notas, promueve "el golpismo". Justo él; justo a mí.

Sus comentarios son:

- Nunca hay que revelar las fuentes pero tampoco escribir una nota sólo con fuentes “reservadas" o inventadas.

- Es imposible basar una nota de tapa sólo en dos fuentes “reservadas".

- Cómo hoy el principal artículo de La Nación usó sólo fuentes anónimas violando las reglas del periodismo mañana la fuente será el pulpo Paul

- Salí x muchas radios, mostré los datos reales. Clarin y La Nación siguen inventando. No voy a alimentar su golpismo

- Tapa d La Nación. Sólo dos "fuentes": 1)"una fuente con conocimiento de lo que ocurrió" 2)"afirmó un diplomático" ¿periodismo o novelita?

Eso sí, hay un mundo que lo espera, como Canciller de la Argentina, mientras él Twittea...

pd1: disculpas por escribir a estas horas. Estaba buscando más información de esa que Timerman pone en duda.

pd2: mi nota criticada por Héctor Tweety Timerman, acá y acá.

1 comentario:

  1. Timerman la está pasando muy mal en su nuevo cargo. Empezó ordenándole a Sadous que no ventilara datos sensibles para que el gobierno diera vuelta la estrategia y tratara con frenesí de publicar el descargo que finalmente hizo en el Congreso. Claro que explicarle a la prensa que le ordenó a Sigal no ventilar ciertas cosas en público tampoco ayuda.

    Si lee atentamente sus twits, verá entre los reproches un pedido de misericordia: pare de ventilar que la cancillería es un colador. Las acusaciones de traición están siempre a la orden del día para un gobierno que está en franco retroceso, y ese ha sido el fin de muchos funcionarios que se jugaron durante muchos años.

    El probre Héctor, que se ilusionaba con encontrar soluciones imaginativas para los problemas está en un atolladero que no hace más que crecer.

    Da pena.

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