martes, 19 de octubre de 2010

Nuestro espejo nigeriano

No estamos solos, podríamos decir, en esto de las valijas repletas de dólares.

Las últimas noticias que llegan desde Nigeria indican que nuestro buen amigo Adeyanju Bodunde se declaró culpable de seis cargos distintos y empezó a cantar cual pajarito tras una muy cordial conversación con la policía local [nota al margen: si la Bonaerense es brava, no quiero ni imaginarme lo que pueden ser los sargentos y cabos de la Nigeriana…].

El señor Bodunde detalló que, como “asistente especial” del otrora presidente Olusegun Obasanjo [imagen de la derecha], participó de lleno en un escándalo de corrupción por US$ 180 millones con la multinacional Halliburton [¿les suena? ¿no? ¿quizá si lo asocian al ex vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney?].

El eficiente “asistente especial” del Presidente admitió que cobró dinero negro en tres cuotas: 2 millones, 1 millón y otro millón. Total: US$ 5 millones. ¿Método de pago? Valijas, por supuesto.

Por las dudas, Bodunde aclaró que no sólo él recibió los dólares para sostener al partido político y, obvio, las campañas electorales. También el entonces ministro de Integración y Cooperación, quien no es otro que nuestro muy conocido Alhaji Lawan Batagarawa.

Pero no me quiero ir por las ramas. El “arrepentido” declaró: “El monto total puede estar en alrededor de 4 a 6 millones de dólares en 2 o 3 cuotas en un maletín. Todo lo que se recolectó se entregó al partido”. ¿Canal para los fondos? La firma Julius Berger Nigeria Limited, Julios Berger. ¿Contraparte? El alemán Mark George. ¿Dónde? En el hotel Nicon (Hilton).

Lo interesante: el teutón George confirmó la historia. Verificó que se movieron US$ 5 millones. Ejemplo: “Empaqué US$ 1 millón en una maleta, conduje hasta el Hotel Milton, fui hasta la habitación del señor Obaseki [otro protagonista de la historia] y me encontré con él y otro representante del Partido, que me dijeron que era el señor Bodunde. Entregué la maleta. Creo que mencioné el monto que contenía y me fui. Este procedimiento lo ejecuté yo mismo tres veces”.

Es decir, algo parecido al “caso Antonini” y a otros ejemplos locales menos conocidos. Pero con dos diferencias: en Nigeria sí llegaron a entregar el dinero (al menos mostraron cierta "eficiencia para el delito" y acá no; y allá comienzan a dictarse condenas; acá…

pd: más datos, acá.

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