domingo, 20 de diciembre de 2015

Oficina Anticorrupción, ruinoso presente

La antenita, imantada, se adhiere a la bisagra superior de una puerta que no abre. Cuando capta la señal -porque de a ratos resulta una ilusión-, deja ver las señales de la televisión digital abierta (TDA). Y lo poco que llega hay que verlo en una tele gris y cuadrada de principios de los 90, época de la videocassetera que sobrevive a su lado. Ambas reliquias dominan el despacho de quien fue el titular kirchnerista de la Oficina Anticorrupción (OA) hasta hace unos días, Julio Vitobello, que también dejó al marcharse una computadora de hace 10 años a la que nunca actualizaron el sistema operativo y cuyo antivirus está vencido. A su lado, la plantilla sobre la que reposa su mouse... es un almanaque de 2009.


Creada por el gobierno de la Alianza en 1999 para relanzar la ética en la administración pública y ponerle un freno a las tentaciones tras la "fiesta menemista", los tiempos dorados de la Oficina Anticorrupción duraron poco. Su ocaso comenzó incluso antes de la caída de Fernando de la Rúa en 2001, hasta llegar al cuadro actual, casi terminal. Porque el desinterés del kirchnerismo por combatir la corrupción desde las entrañas del Ejecutivo se refleja en la OA. Tanto si se observan sus grandes números, como sus detalles, muchos de los cuales recién ahora salen a la luz.

Cuestión de prioridades, en su último año como presidenta, Cristina Kirchner destinó 140 veces más dinero a Fútbol para Todos que a la Oficina Anticorrupción. En contante y sonante: $1800 millones versus $13 millones. La contundencia de los números no se agota allí. La planta de personal de la Oficina es de 95 empleados, de los que sólo 8 figuran en planta permanente. El resto se reparte entre transitorios y contratados. De hecho, el último concurso para nombrar nuevo personal languideció en 2007 cuando el entonces ministro de Justicia, Aníbal Fernández, lo dejó sin efecto.

Incluso la distribución de esos pocos empleados resultó sintomática: 6 de los 95 estaban para asistir a Vitobello, ya fueran como secretarias privadas (4) o como choferes (2), en tanto que otros 6 corresponden a maestranza e intendencia. Mientras tanto, el área de Investigaciones contaba con apenas 2 contadores y el área de Transparencia con sólo un "analista contable".

pd: el resto de la crónica publicada hoy en LA NACIÓN, acá.

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